La juventud se impone y hoy, más que nunca, me siento muy emocionado de comprobarlo, de compartirlo.
En unos tiempos en los que todo va demasiado deprisa, donde parecen haberse aparcado esas pequeñas cosas -un beso, una sonrisa, un silencio, una canción…- encuentro con enorme satisfacción una tradición más viva que nunca.
Un amigo, Carlitos, me llamó hace unos meses cuando me encontraba en Buenos Aires. Cuál fue mi sorpresa al recibir el anuncio de este nombramiento: “Nos gustaría entregarte el galardón del Certamen y hacerte tuno honorífico de la Tuna de Distrito de Murcia”. A mis 70 años recién cumplidos tendría la oportunidad de doctorarme en “tunería”, ser Gran Maestre (con todo lo que esto significa) y, además, en una ciudad que tanto quiero. De mi corazón brotó un “si tú me dices ven…” y ya pueden ustedes imaginar como terminó la conversación.
Y es que volver a Murcia siempre es un placer. Una maravillosa excusa para reencontrarme con amigos del alma, para recibir el calor y la sensibilidad del pueblo murciano y, cómo no, para poder saborear un buen arroz y costillejas.
La Tuna y yo hemos sido cortados con la misma tijera. Tenemos los mismos sentimientos y algo muy importante, amamos lo que considero que es la música pura; una música donde sólo se necesitan las guitarras y el corazón.
Desde aquí, como Gran Maestre del X5 Certamen Internacional de Tunas “Barrio del Carmen”, les pido que esta música y tradición no mueran nunca.
¡¡Enhorabuena a la Tuna de Distrito de Murcia!! Mi cariño y agradecimiento.