Como humorista, he de confesar que la tuna cumple todos los requisitos que deseamos a la hora de escribir chistes: todo el mundo sabe qué es, todos hemos visto alguna vez una; muchos habrán participado en ellas, otros lo habrán deseado; muchas se habrán emocionado al escuchar, en plena madrugada, panderetas y bandurrias bajo su balcón mientras otros tantos, vecinos mayormente, habrán querido tiraros cubos de agua. Sea como sea, no hay una sola persona en España que no conozca la idiosincrasia de la tuna.
Es por ello que, al preguntarme si querría ser Madrina de vuestro 23º Certamen Internacional de Tunas “Barrio del Carmen”, no lo dudé ni un segundo, “que pá eso no hay que tener mucha vergüenza ni poca”. Porque “en la huerta del Segura, cuando ríe una huertana” puede que haya sido gracias a la tuna murciana.
Qué mejor forma de agradeceros que seáis protagonistas involuntarios de nuestros chistes, que aceptando un paseo por una “calle tranquila del barrio antaño” hasta el Cuartel de Artillería. Allí podremos oír a la gente decir que “ya vienen los estudiantes, al aire traen sus canciones” para competir en el Certamen y llevarse ovaciones.
Conociéndome, seguro que me emociono y mis ojos quedan “colorados igual que un fresón” al oír tantas voces entonando juntas “clavelitos de mi corazón”.
Gracias por elegirme, Tuna de Distrito, decana de la Universidad de Murcia. Sólo me queda despedirme diciéndote que “será siempre mi alma tuya sola”.