Aunque a primera vista pudiera parecer que el mundo de la orquesta y el de la tuna viven en esferas distintas, compartimos más cosas de las que imaginamos: el amor por la música, el poder disfrutar de la misma rodeados de compañeros y amigos que sienten la misma emoción, y las ganas de transmitir todo esto a ese público que escucha lo que nuestras almas quieren expresar.
Es para mi un honor ser la madrina de este Certamen, y que mejor manera que presentarme con mi querida Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia en nuestro querido barrio del Carmen de nuestra amada Murcia.
El homenaje más hermoso es el que a uno le otorgan en su propia tierra y por ello quiero dar las eternas GRACIAS a todos los que hacen posible este evento que cada vez llega a más rincones del mundo, por su cariño y su buen hacer.
Disfrutemos pues de esta ocasión en la que panderetas y violines se unen al son de la música.