TUNOS, TUNAS, TUNANTES:
Qué maravillosa sorpresa cuando me hicísteis saber, hace unos dias, que este año decidís que recaiga sobre mi el nombramiento de Madrina de vuestro Certamen Internacional de Tunas.
Fueron muchas las sensaciones que en ese momento me invadieron… Una de ellas, he de reconocerlo, fue la de un miedo atroz. Por todos es sabido que la Tuna suele rondar a las novias que están próximas al casamiento, y pensé para mis adentros: «¡Cielos, tan pronto no! Quiero seguir disfrutando de mi soltería unos cuantos años». Y es que, en el fondo, tambien tengo «alma de Tuno».
Pero sobre todas, la sensación que más pesaba en mi, era la de un inmenso agradecimiento a un grupo de paisanos que me invitaba (¡a mi!) a acompañarles en un camino, un proyecto que comenzó su andadura hace ahora once años.
Sólo espero hacerme merecedora de ese cariño gratuito con el que me habéis premiado y poder expresaros, con mi apoyo incondicional en todas vuestras empresas futuras, el profundo agradecimiento y cariño que también yo os profeso.
Y aprovecho la ocasión para deciros que tenía que ser Murcia la ciudad en donde más brillara una propuesta tan brillante como la que tuvo la Tuna de Distrito al crear un Certamen Internacional de Tunas. ¿En qué otra tierra podría exhibirse con tanto esplendor la Alegría, la Música, la Fiesta, el Desparpajo, la Juventud y las Cintas de vuestras capas?
Desde lo más hondo, os quiero y te quiero, Murcia.